El frío, el viento, el sol o el aire seco, respirar por la boca, mordisquearse los labios, la deshidratación y el uso de labiales químicos empeoran el estado de nuestros labios que se agrietan, empiezan a picar y su delicada superficie incluso puede llegar a sangrar.
Los labios son una de las zonas más delicadas del rostro. Su piel es una de las más finas de todo el cuerpo, se seca rápidamente y es 10 veces más susceptible a daños externos que la piel del rostro, manos y cuerpo.
Algunos productos de higiene y cosmética contribuyen a su sequedad. No se recomiendan los productos labiales con alcanfor, lavanda o menta. Las pastas dentales y los enjuagues bucales pueden causar sensibilidad y agrietamiento.
Durante el invierno, el rostro es la zona más vulnerable del cuerpo y siempre está desprotegido. La piel de los labios carece de glándulas sebáceas y no produce aceites hidratantes de forma natural lo cual la hace susceptible. Los labios tampoco tienen melanina y son muy vulnerables a los rayos solares. Cualquier grieta que aparezca en la piel, se puede irritar y convertir en entrada de infecciones. Para no sufrir molestias y dolores al hablar, comer y reír, nos informamos sobre las formas y medios de cuidado durante la época de frío.
Proporcionaremos humedad vital a través de productos que contengan cera de abeja, miel o vaselina. Todos ellos pueden ayudar a mantener la hidratación de labios adecuada.
Un buen bálsamo labial es una gran ventaja que crea una barrera protectora contra el ambiente hostil que nos rodea durante los meses fríos. Es importante con qué tipo de productos tratamos nuestros labios porque, al mordisquearlos, sin querer, el labial entra en la boca y de allí pasa al organismo. El uso de cosmética con ingredientes naturales minimiza la introducción de compuestos químicos dañinos en el cuerpo.
Durante el frío necesitamos un medio que actúe como barrera protectora y bloquee la humedad en las células de la piel, que calme y fortalezca las microfisuras sin permitir que ésta se pele.
Consejos útiles
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No mordisquearse los labios, eso los secará rápidamente;
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No tirar de la piel descamada;
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Exfoliar suavemente al menos una vez por semana;
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Utilizar productos humectantes bloqueadores de humedad como bálsamos, aceites, mascarillas, barras de labios con ácido hialurónico o con colágeno;
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Humidificar periódicamente el ambiente;
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La hidratación debe ser interna, además de externa a través de la toma suficiente de líquidos;
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Durante el día, utilizar bálsamos y barras labiales con protección solar;
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Aplicar bálsamo, vaselina o aceite antes de acostarse para una buena nutrición e hidratación durante la noche.
La afirmación de que la exfoliación reseca la piel es incorrecta ya que esta elimina la capa superficial de células muertas y contribuye a la mejor absorción y efecto de los productos de cuidado. Podemos utilizar un exfoliante labial una vez por semana. Éste eliminará suavemente las células muertas sin deteriorar la epidermis. El exfoliante estimulará los procesos de regeneración y restaurará los tejidos formando así una base perfecta para el brillo, barra o bálsamo labiales.
Una vez exfoliados, los labios necesitan hidratación. Para protegerlos durante el día, debemos utilizar bálsamos con protección solar adecuada. Sus propiedades calmantes reducirán la hipersensibilidad labial, hidratarán, nutrirán, suavizarán y le darán elasticidad a la piel.
Para el cuidado de noche podemos confiar en aceites labiales o productos con cera de abeja. El objetivo es la nutrición y la retención de la humedad. Durante la noche la absorción de los componentes cosméticos es más rápida y eficaz, con lo cual se recomienda el uso de bálsamos de consistencia más espesa.
El aceite labial ayuda a mantener los labios hidratados. Crea una barrera protectora contra los factores nocivos del medio ambiente y proporciona hidratación durante todo el día. La manteca de karité, el cacao, la miel, el coco y el aloe vera son humectantes muy valiosos que nutren, hidratan y suavizan perfectamente la piel.
Una vez por semana podemos utilizar una mascarilla labial que actúe en profundidad, alisando la piel delicada de los labios, restaurando su suavidad e hidratándolos en profundidad.
Bálsamo labial, antes y después de aplicar la barra labial
Sea cual sea la barra labial que prefiramos, antes de su uso, debemos aplicar un bálsamo y solo entonces aplicar el trazo de color decorativo. Los pintalabios de larga duración contienen ingredientes químicos y son inadecuados para el invierno ya que secan la piel.
La hidratación debe ser un proceso sinérgico. No solo exteriormente sino también interiormente tomando gran cantidad de líquidos no diuréticos. La consumición de té o café elimina los líquidos del organismo con mayor rapidez. La toma de agua y zumos naturales tonifica y retiene la humedad durante mucho más tiempo.
Se puede crear una hidratación facial profunda desde el exterior con un spray humectante o bruma facial. Así, se evitará la descamación, la piel se calmará y se cargará de humedad manteniendo el equilibrio hidrolipídico.
A menudo estamos tan ocupados con el trabajo y las obligaciones diarias que no tenemos la costumbre de revisar el estado de nuestros labios. Para no olvidarlo, estaría bien colocar el bálsamo o aceite labial ante nuestros ojos en el lugar de trabajo para asegurar su uso más frecuente.