Desodorantes

Hoy en día, no podemos imaginar la vida sin este producto de higiene, pero ¿qué hacía la gente antes, cuando ni siquiera existía? Después de todo, siempre había un problema del olor desagradable. De una forma u otra, los desodorantes han sido utilizados desde tiempos inmemoriales. 

Se sabe que Cleopatra, Nefertiti y otras bellezas nobles del mundo antiguo untaban áreas problemáticas con mezclas de aceites esenciales. En cuanto a los hombres, en aquel entonces llevaban bolsitas de hierbas aromáticas debajo de los brazos para ocultar el mal olor.

¿Cuándo aparecieron los desodorantes modernos? 

En general, hay dos formas de eliminar el mal olor: evitar la sudoración y, por lo tanto, prevenir que las bacterias se proliferen, o eliminar las últimas. Aparte del agua y el jabón, el primer remedio que utilizaba la gente era soda que ayudaba a neutralizar el ambiente ácido necesario para bacterias. Un poco más tarde, para combatir la transpiración, comenzaron a utilizar pastas que contenían sales de aluminio que bloqueaban las glándulas sudoríparas.

En 1888 apareció "Mum" (madre en inglés), el pionero de los desodorantes de fabricación industrial. Su fórmula fue creada por un inventor desconocido de Filadelfia (EE. UU.) Él desarrolló una crema cerosa con una pequeña cantidad de óxido de zinc antibacteriano. De verdad, la crema era demasiado pegajosa y muy incómoda de usar. Más de 40 años después, la marca ARRID lanzó al mercado la primera crema desodorante y el aplicador roll-on. 

En la década de 1950, todo el mundo se volvió loco por los aerosoles. Sin embargo, en 1977, el gobierno de los Estados Unidos prohibió usar aluminio y circonio en la fabricación de los desodorantes, ya que según los estudios, su inhalación puede dañar la salud. Así, los productos en aerosol perdieron su liderazgo en el mercado, a pesar de que los fabricantes rápidamente encontraron sustitutos para los ingredientes dañinos.

Antitranspirantes y desodorantes: ¿cuál es la diferencia? 

Mientras que los primeros ayudan a combatir tanto la sudoración, como el olor, al crear una película invisible en la superficie de la piel, los segundos neutralizan y ocultan los olores desagradables y a menudo bloquean el crecimiento de bacterias. 

Consejos y errores de uso más comunes

Esos productos de higiene nos parecen tan sencillos de usar que nunca consultamos sus instrucciones. Es por eso que todos cometemos los mismos errores al aplicarlos. Y si aplicados incorrectamente, no funcionan como se esperan. Por lo tanto, vale la pena tener en cuenta las siguientes cosas que tal vez no sabías:

• siempre lo debes aplicar sobre la piel limpia después de la ducha, por la noche o por la mañana;
• nunca lo apliques sobre la piel dañada, como esto puede causar irritación;
• tampoco se debe aplicar en la piel húmeda;
• no te pongas ropa justo después de la aplicación. Debes esperar 5-10 minutos hasta que se seque completamente, a menos que quieras obtener manchas en tus prendas.

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