Champús

Muchos siglos antes de la aparición de los primeros champús, la gente de diferentes partes del mundo utilizaba una gran variedad de soluciones naturales para cuidar el pelo. Así, los chinos usaban el aceite de cedro para mejorar el crecimiento del cabello y darle un aroma agradable. Las mujeres árabes lavaban su cabello con una decocción de cáscaras de membrillo, mientras que las filipinas lo trataban con agua en la que se remojaban los tallos de aloe.

¿Dónde y cuándo aparecieron los primeros champús? 

Aparecieron en Europa a finales del siglo XIX. En aquel entonces se creaban a partir del polvo de jabón y hierbas. Su fórmula sencilla, pero eficaz fue inventada por Casey Herbert al que ni siquiera se le ocurrió patentar su invento. Así que, cuando sus champús se volvieron extremadamente populares, los farmacéuticos y peluqueros apañados simplemente copiaron la receta. Y Hans Schwarzkopf entre ellos.

En el siglo XIX, en Alemania, la gente lavaba el pelo con ceniza y jabón, y luego lo enjuagaba con vinagre o gasolina. Todo cambió cuando el farmacéutico de Berlín, Hans Schwarzkopf, introdujo al mercado una fórmula mejorada de la invención de Casey Herbert. En particular, él agregó un extracto de violeta a la composición original, gracias al cual el polvo obtuvo un olor agradable y propiedades tonificantes.

En 1903, Hans Schwarzkopf patentó el producto y más tarde creó una fábrica especializada en la producción de cosméticos para el cuidado del pelo. A lo largo de su vida, Schwarzkopf cambiaba la receta original muchas veces, enriqueciéndola con extractos de hierbas e ingredientes activos, como pantenol, aceite de almendras y otros.

Los champús líquidos aparecieron en 1927 y fueron inventados por el hijo de Hans Schwarzkopf, cuando su padre ya no estaba vivo. Y sólo en 1993, se creó el primer champú sin álcalis, en la fórmula de lo cual se basan muchos productos de cuidado del cabello modernos.

Los principales tipos de champús

Básicamente, todos los productos de lavado de pelo se dividen en cuatro tipos: profesionales, sin sulfatos, de mercado masivo y de farmacia. Cada tipo tiene sus pros y contras:

• Los cosméticos capilares profesionales son para usar en salones de belleza y peluquerías o en casa según las recomendaciones de un estilista profesional. Tienen fórmulas eficaces y contienen ingredientes potentes que son demasiado caros para utilizarse en productos de mass market.
• Las fórmulas sin sulfatos ayudan a mantener el color del tinte y prolongan el efecto del alisado de queratina. Sin embargo, son menos económicas en comparación con los productos convencionales.
• La tarea principal de los productos de mass market es lavar la cabeza, y la completan con éxito. Pero no se debe esperar ningún efecto wow de los cosméticos de este tipo.
• La cosmética de farmacia, ya sea capilar, facial o corporal, se dedica a la solución de ciertos problemas, como caspa o caída del cabello. Con esto, en la mayoría de los casos, dichos tratamientos no pueden garantizar la suavidad ni el brillo del cabello.

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